Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. (Josué 1:7-9)
La mayoría de las veces que meditamos
sobre este pasaje nos enfocamos en el mensaje de esforzarse y ser valiente, el
cual es muy importante, pero a la vez hay un mensaje paralelo de “cuidar de
hacer conforme a toda la ley y no
apartarse de ella ni a diestra ni a siniestra… de nunca apartar de
nuestra boca el libro de la ley sino de meditar de día y de noche para guardar
y hacer conforme a todo lo que está escrito”. Dios le dijo a Josué que si el
hacía esto que Él iba a prosperar su camino y que todo le saldría bien. Lo que
Dios le estaba diciendo a Josué es que si quieres tener éxito esto es lo que es
importante que hagas: guardar y poner por obra mi Palabra. Dios le marco las
prioridades para que él tenía mantener para obtener el éxito.
Si nosotros vamos a avanzar tenemos que
tener prioridades en nuestras vidas. Muchas veces uno desvía de su propósito y
quita su ojo de lo que realmente es importante porque no son establecidos
prioridades correctamente. A veces podemos esforzarnos haciendo cosas que
realmente no son importantes. Otras veces nos enfocamos en cosas que son
importantes pero no son lo más importante. No tenemos que estar satisfecho con
solo estar ocupado haciendo algo pero tenemos que pensar si somos efectivos.
Tenemos que primeramente establecer prioridades. Luego tenemos que examinar nuestra
vida para ver si estamos trabajando de acuerdo a nuestras prioridades. Mientras
estamos trabajando y viviendo la vida tenemos que evaluar nuestro andar y
accionar para ver si estamos siguiendo nuestras prioridades y ajustarnos para
alinearnos nuevamente.
¿Qué es lo que yo tengo que hacer que otro
no puede hacer por mi? ¿Cuáles son mis responsabilidades? Hay cosas que podamos
delegar a otros y que debemos delegar a otros, sino embargo hay cosas que solo
nosotros podemos hacer. Eso debe ser nuestras prioridades.
2) ¿Qué produce mayor retornos?
¿Qué va a producir más resultados?
¿Tenemos que examinarnos y ver cuáles son nuestras habilidades naturales,
cuales dones Dios nos ha dado? Hay algunos que se esfuercen hacer cosas que
ellos no hacen bien y que no son sus fuertes. Es mejor emplear nuestro tiempo
haciendo las cosas que nos hará más productivos. No solo porque es una cosa que
se tiene que hacer significa que uno mismo puede hacerlo. Si hay personas más
capaces o con más disponibilidad de tiempo hay que dejar que otros lo hagan.
3) ¿Qué produce la recompensa más grande?
¿Cuáles son las cosas que te dan mayor satisfacción? ¿Cuáles son las
cosas que te apasiona? ¿Qué son las que cosas que van ser más beneficioso para
tu persona? Cuando evaluamos las cosas
que son más importantes en la vida es allí recién que podemos direccionarnos
para poder llegar a nuestro objetivo. Sin las prioridades eso es imposible. Hay
que cambiar las cosas que realmente no son importantes y que no están
resultando en nuestra vida, trabajo y ministerio. Hay que recordar que sobre
todas las cosas que Dios debe ser lo primero en nuestra vida. “Mas
buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os
serán añadidas” (Mateo 6:33). Nuestras prioridades tienen que estar
correctamente alineadas para avanzar.
[i]
Los siguientes puntos fueron sacaron del libro: Las 21 leyes irrefutables del liderazgo, John Maxwell, pg. 258-260,
2007, Grupo Nelson
No hay comentarios:
Publicar un comentario