Trayendo a la memoria
la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en
tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. (2 Timoteo 1:5)
El Apóstol hace mención de Pablo mención
de la “fe no fingida” que estaba en su hijo en la fe Timoteo que primero estaba
primero en su abuela Loida y luego en su madre Eunice. La frase “no fingida” se
refiere a de una fe sin hipocresía, sincera, una fe que no pretende ser algo
que no es. La palabra “fe” se refiere a persuasión
o convicción, específicamente a la verdad del evangelio de Jesucristo. Esta
verdad estaba en Timoteo pero primero habitó en su abuelo y luego en su madre.
Esto habla de una transferencia de fe y de convicciones a una siguiente
generación. Esto hablaba del poder de una madre que traspasa, no solo con sus
palabras, sino con su vida una “fe no fingida” a sus hijos.
Doy gracias a madres que están impactando
las vidas de sus hijos y sus hogares con una vida cristiana autentica. Hoy en
día hay tantas falsedades, hay tantas personas que viven vidas de hipocresía
religiosa, vidas que faltan valores eternos, falta de un amor sincero hacia
Dios… pero los verdaderos cristianos dejan su marca en este mundo. Eso una fe
que no se puede cuestionar, es constante, es fiel. Es una fe que cree. Es una
fe que enseña con palabras…con la Palabra de Dios que vive para siempre. Es una
fe que no mengua. No cambia sus convicciones. Sigue creyendo en sus
convicciones no importando lo que el mundo haga al su alrededor. Es una fe que
sigue amando. Sigue orando. Es una fe no solo de las palabras sino con las obras, de una mujer demuestra
y vive una vida sincera delante de Dios. Es cuando los hijos saben que su mama
ora por ellos...porque han escuchado su nombre en oración. Han visto y oído la
vida de oración. Es cuando los hijos son testigos de su testimonio. Ellos saben
que son verdaderos cristianas no solo por lo que dicen pero como ellas viven.
Ellas viven una vida que refleja el amor de Cristo. Tiene una vida de
integridad delante de Dios…caminen con Dios. Es una vida que otros pueden mirar
y decir: “Ella es una verdadera mujer Cristiana”. No viven un cristianismo de fría
religiosidad sino una vida releja una relación verdadera con Dios.
Es una fe no fingida. Doy gracias a Dios
por las madres que tiene una fe no fingida. Son madres que pueden pasar una
herencia a sus hijos que es valioso que el dinero… un amor por la verdad…un
amor por el evangelio… un amor sincero por Jesucristo. Ese amor se transmite.
Pablo decía Timoteo: “Tienes una fe en tu corazón que fue transmitido por tu
abuela a tu madre y tu madre a ti”. Madre tu eres un instrumento en la mano de
Dios. Dios te ha dado la gran oportunidad de formar a tus hijos a la imagen de
Cristo. A través de tu vida ellos pueden ser grandemente usados por la gloria
de Dios. Tus palabras y testimonio hoy tienen el poder para afectar a
generaciones futuras. Viva una vida de fe no fingida.
Proverbios habla de la mujer virtuosa diciendo:
“Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la
alaba: Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú sobrepasas a todas. Engañosa es
la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada” (Proverbios
31:28-30). Hoy nos levantamos para dar
honra a la mujer que tema a Dios y le sirve con todo el corazón.
“Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su
estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas” (Proverbios 31:10). ¿Hoy
donde están las mujeres de “fe no fingida”?
No hay comentarios:
Publicar un comentario