miércoles, 29 de mayo de 2013

Como Navegar en Medio de la Murmuración

En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria. Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. (Hechos 6:1-3)

Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor. Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. (1 Corintios 10:10-11)
Uno de las cosas difícil de enfrentar es la murmuración y la crítica, especialmente cuando nosotros somos el blanco. Leyendo la Biblia me doy cuenta que otros pasaron problemas mucho más grandes que yo. Moisés tuvo muchos problemas. Tuvo que soportar en varias ocasiones las murmuraciones de un pueblo que nunca se contentaban. En ocasiones el pueblo le amenazó de abandonar a su líder y volver a Egipto. Sus propios hermanos carnales murmuraron contra él y creyeron que eran más capaces de ser líderes. Coré reunió un gran grupo de personas contra de él para hacer un golpe de estado en contra de él y Dios le defendió abriendo la tierra. A Josué y a Caleb la gente quería matar por decir que podían entrar en la Tierra Prometida. Solo la gloria de Dios les impidió, manifestando Su gloria en el tabernáculo. Hasta los propios valientes de David lo querían matarle cuando vieron el campamento saqueado en Siclag.

La murmuración es algo que es difícil de enfrentar, pero tarde o temprano todos, hagamos bien o mal las cosas lo vamos a enfrentar. La murmuración daña. En Proverbios 6 encontramos que los que hacen discordia entre los hermanos están haciendo algo que es una abominación delante de Dios (Proverbios 6:16-19). Lo importante es pedir la dirección a Dios y que Él nos de la fuerza y la sabiduría para navegar en medio de la murmuración.
La murmuración ocurre por el descontento. Cuando algunas personas no le gustan algo o algo les parece que no es correcto o justo o es una inconveniencia para ellos comienzan a murmurar. Lastimosamente, cuando uno comienza a murmurar causa daño muchas veces a los  que no tienen nada que ver con el problema. Siempre cuando hay murmuración hay dos grupos dentro de los murmuradores: los que inician la murmuración y los que siguen. Hay que trataron de resolver las cosas con las que inician la murmuración y así terminar con el problema.   

Tenemos que tener principios en contra la murmuración. Si hay algo que no nos gusta, tenemos que ir a arreglar las cosas y no hablar las cosas a espaldas de personas. Tenemos que buscar soluciones y tener fe en las personas. Nuestro primer pensamiento debe ser positivo y no negativo. No importa lo que digan “por allí” siempre hay que hacer lo correcto.

1)      Tenemos que ser parte de la solución y no parte del problema

Es fácil ver lo que está mal pero no es siempre fácil dar soluciones. Es fácil escuchar lo que la gente dice “por allí”, es otra cosa ser parte de la solución. A veces las personas creen lo cualquier persona dice y caen en la trampa de la murmuración ni siquiera sabiendo la verdad. Esto son los seguidores. Peor todavía para las personas que saben bien lo que hacen y dicen y lo hacen a propósito para dañar a personas con quienes están molestos. Hay que decidir no caer en esa trampa. Si quieres ver que algo mejore sea parte de la solución. Si la gente murmura en contra tuyo en vez de seguirles la corriente y hacer la guerra, de un paso y haga el esfuerzo para mejorar la situación.  

2)      Tenemos que escuchar y examinar cual es el problema

A veces hacemos peor los problemas porque no somos capaces de escuchar lo que gente nos está queriendo decir.  A veces el orgullo hace que uno piense que siempre está en la razón. Eso no es allí. A veces parte de la quejas tienen sus verdades que necesitamos enfrentar (Aunque nada justifica dañar o confundir a una persona inocente).  Si hay un problema hay que preguntar: “¿Por qué es un problema?” Si la gente habla mal de ti, exánime lo que está diciendo y quien lo está diciendo. Examine si hay algo que puedes aprender o mejorar de la situación. Cuando hubo el problema de las viudas en Hechos 6 eso fue lo que hicieron los apóstoles. Ellos escucharon el problema, examinaron lo que estaba pasando y dieron una solución. Levantaron a seis diáconos y las cosas mejoraron.

3)      Tenemos que ignorar a la voz de personas mal intencionadas

Hay personas que realmente están murmurando con mal intención de dañar a uno. Tenemos que estar seguros en Dios. No tenemos que hacer caso a personas negativas quieren dañar. Hay que animar a los que están alrededor de nosotros y no enfocarnos en todo lo que algunos dicen. Algunos escuchen todo lo negativo que escuchan y siempre están desanimados. Tenemos que saber cuándo ignorar algunos comentarios y ayudar a los débiles que necesitan ser animados. Dios está sobre el trono y Él se encarga de “quien tiene la razón”.

4)      Tenemos que seguir adelante

Tenemos que tener la determinación de ir adelante. Hay que tomar fuerza en el Señor, hablar con Él, depositar nuestras cargas a Él y seguir adelante. Eso fue lo que hizo Moisés y también lo que hizo David. Tenemos que tomar fuerza y seguir sabiendo que Dios está con nosotros.

1)      ¿Soy parte del problema o parte de la solución?
2)      ¿Estoy escuchando a los demás y examinado el origen del problema?
3)      ¿Estoy haciendo caso al negativismo? 
4)      ¿Estoy determinado seguir adelante?

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