miércoles, 29 de mayo de 2013

Como Navegar en Medio de la Murmuración

En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria. Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. (Hechos 6:1-3)

Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor. Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. (1 Corintios 10:10-11)
Uno de las cosas difícil de enfrentar es la murmuración y la crítica, especialmente cuando nosotros somos el blanco. Leyendo la Biblia me doy cuenta que otros pasaron problemas mucho más grandes que yo. Moisés tuvo muchos problemas. Tuvo que soportar en varias ocasiones las murmuraciones de un pueblo que nunca se contentaban. En ocasiones el pueblo le amenazó de abandonar a su líder y volver a Egipto. Sus propios hermanos carnales murmuraron contra él y creyeron que eran más capaces de ser líderes. Coré reunió un gran grupo de personas contra de él para hacer un golpe de estado en contra de él y Dios le defendió abriendo la tierra. A Josué y a Caleb la gente quería matar por decir que podían entrar en la Tierra Prometida. Solo la gloria de Dios les impidió, manifestando Su gloria en el tabernáculo. Hasta los propios valientes de David lo querían matarle cuando vieron el campamento saqueado en Siclag.

La murmuración es algo que es difícil de enfrentar, pero tarde o temprano todos, hagamos bien o mal las cosas lo vamos a enfrentar. La murmuración daña. En Proverbios 6 encontramos que los que hacen discordia entre los hermanos están haciendo algo que es una abominación delante de Dios (Proverbios 6:16-19). Lo importante es pedir la dirección a Dios y que Él nos de la fuerza y la sabiduría para navegar en medio de la murmuración.
La murmuración ocurre por el descontento. Cuando algunas personas no le gustan algo o algo les parece que no es correcto o justo o es una inconveniencia para ellos comienzan a murmurar. Lastimosamente, cuando uno comienza a murmurar causa daño muchas veces a los  que no tienen nada que ver con el problema. Siempre cuando hay murmuración hay dos grupos dentro de los murmuradores: los que inician la murmuración y los que siguen. Hay que trataron de resolver las cosas con las que inician la murmuración y así terminar con el problema.   

Tenemos que tener principios en contra la murmuración. Si hay algo que no nos gusta, tenemos que ir a arreglar las cosas y no hablar las cosas a espaldas de personas. Tenemos que buscar soluciones y tener fe en las personas. Nuestro primer pensamiento debe ser positivo y no negativo. No importa lo que digan “por allí” siempre hay que hacer lo correcto.

1)      Tenemos que ser parte de la solución y no parte del problema

Es fácil ver lo que está mal pero no es siempre fácil dar soluciones. Es fácil escuchar lo que la gente dice “por allí”, es otra cosa ser parte de la solución. A veces las personas creen lo cualquier persona dice y caen en la trampa de la murmuración ni siquiera sabiendo la verdad. Esto son los seguidores. Peor todavía para las personas que saben bien lo que hacen y dicen y lo hacen a propósito para dañar a personas con quienes están molestos. Hay que decidir no caer en esa trampa. Si quieres ver que algo mejore sea parte de la solución. Si la gente murmura en contra tuyo en vez de seguirles la corriente y hacer la guerra, de un paso y haga el esfuerzo para mejorar la situación.  

2)      Tenemos que escuchar y examinar cual es el problema

A veces hacemos peor los problemas porque no somos capaces de escuchar lo que gente nos está queriendo decir.  A veces el orgullo hace que uno piense que siempre está en la razón. Eso no es allí. A veces parte de la quejas tienen sus verdades que necesitamos enfrentar (Aunque nada justifica dañar o confundir a una persona inocente).  Si hay un problema hay que preguntar: “¿Por qué es un problema?” Si la gente habla mal de ti, exánime lo que está diciendo y quien lo está diciendo. Examine si hay algo que puedes aprender o mejorar de la situación. Cuando hubo el problema de las viudas en Hechos 6 eso fue lo que hicieron los apóstoles. Ellos escucharon el problema, examinaron lo que estaba pasando y dieron una solución. Levantaron a seis diáconos y las cosas mejoraron.

3)      Tenemos que ignorar a la voz de personas mal intencionadas

Hay personas que realmente están murmurando con mal intención de dañar a uno. Tenemos que estar seguros en Dios. No tenemos que hacer caso a personas negativas quieren dañar. Hay que animar a los que están alrededor de nosotros y no enfocarnos en todo lo que algunos dicen. Algunos escuchen todo lo negativo que escuchan y siempre están desanimados. Tenemos que saber cuándo ignorar algunos comentarios y ayudar a los débiles que necesitan ser animados. Dios está sobre el trono y Él se encarga de “quien tiene la razón”.

4)      Tenemos que seguir adelante

Tenemos que tener la determinación de ir adelante. Hay que tomar fuerza en el Señor, hablar con Él, depositar nuestras cargas a Él y seguir adelante. Eso fue lo que hizo Moisés y también lo que hizo David. Tenemos que tomar fuerza y seguir sabiendo que Dios está con nosotros.

1)      ¿Soy parte del problema o parte de la solución?
2)      ¿Estoy escuchando a los demás y examinado el origen del problema?
3)      ¿Estoy haciendo caso al negativismo? 
4)      ¿Estoy determinado seguir adelante?

miércoles, 22 de mayo de 2013

El Coraje nos Impulsa Hacia la Victoria

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. (Josué 1:9)

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. (2 Timoteo 1:7)
Creo que la mayoría de nosotros en un momento u otro no ha sentido que le ha faltado el coraje para enfrentar el desafío que se nos enfrenta. El coraje es vital para lograr la victoria. Sin el coraje nunca vamos a lograr algo significativo en nuestras vidas. Hay muchos que se quedan paralizados por el miedo y la duda y se quedan sin acción y sin lograr el éxito. Todos tenemos temores y dudas que vienen a nuestras mentes pero es la decisión de vencer eso miedos que refleja el coraje que tenemos en nuestro corazón. El coraje no es la ausencia de ningún temor sino es la habilidad de superarlo y hacerlo correcto aun cuando es difícil hacerlo.
Dios le dijo a José: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Josué 1:9). El coraje nos mueve a la acción. El temor nos paraliza. Note la última parte: dice: “…porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas”. Esto se trata de conocer que Dios estará con nosotros. Es conocer lo correcto. Eso quiere decir que en nuestras mentes tenemos que tener lo que debemos hacer. Tenemos que esforzarnos y ser valiente: ¿Por qué? Porque Dios está con nosotros. No importa lo que estamos enfrentando, tenemos que siempre que saber lo que es lo correcto. Eso es lo que nos dará el coraje para enfrentar la dificultad u obstáculo que enfrentamos. Romain Rolland dijo: “Un héroe es todo aquel que hace lo que puede”. La diferencia entre un héroe un cobarde, es que el héroe hace lo que tiene que hacer, mientras el cobarde no hace nada.
También lo que tenemos que saber nosotros podemos. Con la ayuda de Dios, podemos vencer. Podemos salir adelante. Podemos enfrentar desavíos grandes y obtener la victoria. Tenemos que esforzarnos y tomar la decisión y creer que Dios está con nosotros.   Charles Augustin Sainte-Beuve dijo: “El éxito consiste en vencer el temor al fracaso”. Vamos a tenemos temores pero tienes que vencerlos. Tienes que tomarla decisión. Después de haber escuchado el reportaje negativo de los diez espías: “Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos” (Números 13:30). Hay pensamientos que viene que dice: “No se puede”. Hay personas negativas que quieren imponer sus pensamientos negativos. Tenemos que sacudirnos y recordar que Dios está con nosotros y decir como Josué y Caleb: “Nosotros podemos”. El coraje es una decisión de creer el positivo más que lo negativo. Es confiar en Dios más que la duda. Es hacerlo correcto aun cuando los demás no lo están haciendo.

1)      Tenemos que ser motivados por nuestros valores no nuestras emociones
Tenemos que de tener algo dentro nuestros corazones. Tenemos que tener valores que guían nuestras vidas. Tenemos que conocer lo que tenemos que hacer. Si tenemos valores, una convicción fuerte acerca de los que tenemos que hacer, eso nos da el valor para accionar. Cuando hay personas que dudan de lo correcta, eso hace permanecer inmóviles. En realidad no importa lo que sentimos cuando enfrentamos un gran desafío tenemos que tener los valores para saber lo que es correcto.

2)      Tenemos que estar decididos
No podemos predecir todo lo que va a pasar en la vida. Pero hay cosas que debemos haber decidido en nuestras vidas. Viene la duda a todas de nuestras mentes pero cuando tenemos lo valores correctos eso nos hace estar decididos. Si no estamos decididos el miedo va prevalecer en nuestras vidas.  Hay que decidir hacer lo que hay que hacer.

3)      Tenemos que vencer el temor
Todos podemos sentir el temor. Pero lo que hacemos con el temor es lo que marcar la diferencia. Podemos rendirnos al temor o podemos apagarlo. No seamos vencidos por el temor. Define lo que es correcto y tome la decisión y elige lo que es lo correcto, así uno vence el temor y no se deje llevar por ella. No que correr de nuestros temores, hay que enfrentarlos. Dios no nos ha dado el espíritu de cobardía. Él nos da su poder, amor y dominio propio para vencer. El coraje nos hace poder tener el dominio propio de nuestros temores y sentimientos.

4)      Tenemos que esforzarnos
Si tenemos coraje vamos a estar dispuesto a esforzarnos. Algunos no quieren esforzarse, quieren todo fácil. No todo en esta vida va ser fácil. Si es demasiado fácil a lo mejor no vale la pena luchar por él. No porque es difícil vamos a retroceder. No es ese momento que tomamos fuerza y hacemos lo que tenemos que hacer para obtener la victoria. Eso fue lo que hicieron Josué y Caleb y eso es lo que tenemos que hacer nosotros.

Preguntas para pensar:

1)      ¿Soy motivado por mis emociones o mis valores?
2)      ¿He decido hacerlo correcto antes de enfrentar dificultad?
3)      ¿Estoy enfrentando mis temores?  
4)      ¿Estoy dispuesto a esforzarme cuando no es fácil?

 

domingo, 19 de mayo de 2013

Ungido para Atormentar al Diablo

Arribaron a la tierra de los gadarenos, que está en la ribera opuesta a Galilea. Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad, endemoniado desde hacía mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros. Este, al ver a Jesús, lanzó un gran grito, y postrándose a sus pies exclamó a gran voz: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes. (Porque mandaba al espíritu inmundo que saliese del hombre, pues hacía mucho tiempo que se había apoderado de él; y le ataban con cadenas y grillos, pero rompiendo las cadenas, era impelido por el demonio a los desiertos.) Y le preguntó Jesús, diciendo: ¿Cómo te llamas? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él. Y le rogaban que no los mandase ir al abismo. Había allí un hato de muchos cerdos que pacían en el monte; y le rogaron que los dejase entrar en ellos; y les dio permiso. Y los demonios, salidos del hombre, entraron en los cerdos; y el hato se precipitó por un despeñadero al lago, y se ahogó. (Lucas 8:26-33)

 
La Biblia dice que el hombre de Gadara estaba endemoniado desde hacía mucho tiempo, los espíritus se había apoderado de él, y que nadie podía con él y que muchas veces las personas le habían atado con cadenas y grillos, pero con una fuerza sobrehumano el rompía y destruía todo lo que le era puesto para atarle, era indomable, totalmente controlado por el poder demoniaco. Este hombre vivía en los sepulcros y con piedras él hería a su propio cuerpo. Era un hombre atormentado y violento, apoderado del poder de Satanás. El diablo es el que atormenta. El que destruye. Satanás esta para hurtar, matar y destruir pero Jesucristo ha venido para dar nos vida en abundancia (Juan 10:10). Jesucristo ha venido para destruir las obras del diablo.  

Jesús declaró: “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor” (Lucas 4:18-19). Jesús dijo a sus discípulos: “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará” (Lucas 10:19).
Cuando el endemoniado gadareno vio a Jesucristo: “lanzó un gran grito, y postrándose a sus pies exclamó a gran voz: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes”. Los demonios eran atormentados por la gloria de Dios que Jesucristo emitía. La presencia de Dios causaba sufrimiento al Reino de las tinieblas. 

He venido para predicarles hoy que hemos sido ungidos para atormentar al diablo. Hay muchos que vienen con opresión, con depresión, con temor, con un espíritu derrotado, pero hoy Dios nos está llamando para levantarse con el poder de Jesucristo, con la autoridad de Su nombre y el poder de Su Espíritu. Dios te ha llamado para atormentar al diablo.
Eso significa que cuando pisamos el territorio del enemigo causamos un impacto. Cuando caminamos por las calles, por el trabajo, por el mercado, por la universidad o el colegio la presencia de Dios tiene que hacerse sentir. Nosotros podemos influenciar la atmosfera espiritual y los demonios van a reconocer el poder de Dios que está en nosotros y esa presencia de Dios que está en nosotros va a causar sufrimiento a los demonios. Un espíritu inmundo clamó al ver a Jesús: “¡Ah! ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios” (Marcos 1:24)

Esto sucede cuando estamos llenos de la presencia de Dios y eso sucede cuando vivimos una vida de oración y entrega a las cosas de Dios. No es un accidente si estamos llenos de la presencia de Dios. Es porque hemos pasado tiempo con Dios y Él nos ha llenado con Su poder sobrenatural.
Cuando los discípulos no pudieron echar fuera un demonio de un muchacho epiléptico preguntaron a Jesús: “¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. Pero este género no sale sino con oración y ayuno” (Mateo 17:19-21). Jesús estaba diciendo que es necesaria la fe, porque la fe mueve montañas, pero hay espíritus que no vamos a vencer sin no ayunamos y oramos. Porque es a través de la oración y el ayuno que nos llenamos de la gloria de Dios. No podemos reflejar lo que no tenemos en nuestras vidas. Pero cuando caminamos llenos de fe y llenos de la gloria de Dios hay algo que va a suceder el Espíritu.

Muchas veces tratamos de hacer lo que los gadarenos trataron de hacer con el endemoniado: atar con lo natural con lo que es espiritual. Esas cadenas y grillos eran en vano porque no se puede atar lo espiritual con lo natural. No podemos hacer en la carne lo que solo puede ser hecho en el Espíritu. Muchas veces intentamos vencer al enemigo en nuestra carne, con nuestra propia fuerza, con nuestras palabras, con nuestra inteligencia y talentos. Dios usa todo eso, pero solo podemos causar un impacto en el mundo espiritual a través del obrando en el Espíritu. Es por eso que muchos no tienen victoria, no son libres, no tienen la autoridad del nombre de Jesús, porque no está orando en el espíritu, no están llenos del poder de Dios. Es tiempo de levantarse con la autoridad del nombre de Jesús y comenzar a darle un dolor de cabeza al diablo. Dios nos está llamando a la oración. Dios nos está llamando a un evangelismo que impactara vidas, que va a soltar cadenas espirituales, que va a liberar a los cautivos, necesitamos activar el poder de Dios.
Es tiempo de soltar la palabra de fe. Es tiempo de ver a los enfermos sanados, los afligidos liberados. Es tiempo de ver la los pecadores arrepintiendo y el Espíritu Santo llenando. Es tiempo de hablar con la autoridad del nombre de Jesucristo y ver la gloria de Dios en medio nuestro.

Notemos que los demonios dentro del gadareno podían reconocer que él era Jesucristo. Yo creo que lo reconocían por el poder que salía de Él. El poder del Dios les causaba un terror. En Mateo  dicen que los demonios: “Clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?” (Mateo 8:29). Eso nos dice que los demonios que están bien informados que ellos van a sufrir en el lago de fuego. Ellos sabían que están destinados ser atormentados por la eternidad y ellos no quieren ir al infierno “antes de tiempo” fue por eso que pidieron entrar el en hato de cerdos para tirarse en el mar.
Dios nos ha ungido para atormentar al diablo. Atormentados al diablo cuando hablamos con la autoridad del nombre de Jesucristo. Nuestra presencia causa un impacto en el mundo espiritual cuando estamos llenos de la gloria de Dios. Es tiempo de mandar a los demonios donde ellos están destinados para irse. Es tiempo para liberar a los cautivos. Es tiempo desatar al cautivo.

Cuando Pablo y Silas estaban en Filipos: “salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación” (Hechos 16:16-17). Él espíritu que estaba en esta muchacha podía reconocer el poder de Dios que estaba en ellos. ¿Puede reconocer el diablo quiénes somos? ¿Somos uno del montón o la gloria de Dios que está en nosotros comienza a inquietar a los demonios en el ambiente?  ¿Estamos llenos del poder del Espíritu Santo o estamos solo luchando en nuestra carne?
En Hechos 19 la Biblia dice que había “… algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois?” (Hechos 19:13-15). ). Los hijos Esceva estaban tratando de hacer en la carne lo que solo puede ser hecho con el Espíritu. Los demonios conocían a Jesús, ellos conocían a Pablo, pero no conocía a ellos. ¿Conoce los demonios quien eres tú o eres solo uno que pretende tener el poder de Dios? ¿Tienes la unción de lo alto, o eres una imitación de lo real? La Biblia dice que “el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos” (Hechos 19:16). Los demonios podía más que ellos porque ellos están tratando de hacer el la carne lo que solo puede ser hecho en el Espíritu. Cuando estamos llenos del poder de Dios cuando pisamos el territorio del enemigo, los dominios tienen que reconocer que somos Hijos del Dios Altísimo. Yo no solo quiero decir que tengo el poder de Dios, yo quiero ser lleno de poder verdadero de Dios.  

Tenemos que saber que cuando Dios nos llena que Él Espíritu Santo Él nos a damos Su Espíritu. No somos cualquier persona, somos hijos de Dios. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12). Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8). “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán” (Marcos 16:17-18).
Tenemos que darnos cuenta de quienes somos y lo que Dios nos ha dado: “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros” (Efesios 3:20). Ese poder actúa en nosotros. Dios quiere actuar. Tenemos que dejar que el Espíritu Santo obre a través de nuestras vidas. Es tiempo de atormentar al diablo. Es tiempo de enviar a los demonios a su destino.

Note la autoridad del poder de Dios. Los demonios en el gadarena les pidió permiso a Jesús para ir al hato de cerdos y Jesús les dio permiso. Tenemos que entender la autoridad del nombre de Jesús y el poder del Espíritu Santo. Jesús hablaba la palabra y ellos le obedecían. Hay muchos que no entienden la autoridad de Jesucristo, porque todavía no tienen la revelación de quienes son. Algunos saben que hijos de Dios, pero no se le ha revelado, la autoridad que tiene un verdadero hijo de Dios. Para esto necesitamos la presencia y la gloria de Dios y cuando lo tenemos eso nos da la autoridad del Espíritu de Dios. Dios quiere revelar a alguien que Dios le ha dado autoridad, la autoridad de Su nombre y el poder de Su Espíritu. Cuando estamos llenos del poder de Dios, los demonios tienen que pedir permiso porque Dios nos ha entregado la autoridad. Dios te ha ungido para atormentar al diablo.
Algunos han venido oprimidos. Algunos han venido deprimidos, algunos está llevando vidas vencido por el pecado. Pero Dios quiero dar libertad hoy. Dios nos ha ungido para que Su gloria sea manifestada.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Homenaje a las Madres: Una Fe No Fingida


Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. (2 Timoteo 1:5)

 El Apóstol hace mención de Pablo mención de la “fe no fingida” que estaba en su hijo en la fe Timoteo que primero estaba primero en su abuela Loida y luego en su madre Eunice. La frase “no fingida” se refiere a de una fe sin hipocresía, sincera, una fe que no pretende ser algo que no es. La palabra “fe” se refiere a  persuasión o convicción, específicamente a la verdad del evangelio de Jesucristo. Esta verdad estaba en Timoteo pero primero habitó en su abuelo y luego en su madre. Esto habla de una transferencia de fe y de convicciones a una siguiente generación. Esto hablaba del poder de una madre que traspasa, no solo con sus palabras, sino con su vida una “fe no fingida” a sus hijos.

 Doy gracias a madres que están impactando las vidas de sus hijos y sus hogares con una vida cristiana autentica. Hoy en día hay tantas falsedades, hay tantas personas que viven vidas de hipocresía religiosa, vidas que faltan valores eternos, falta de un amor sincero hacia Dios… pero los verdaderos cristianos dejan su marca en este mundo. Eso una fe que no se puede cuestionar, es constante, es fiel. Es una fe que cree. Es una fe que enseña con palabras…con la Palabra de Dios que vive para siempre. Es una fe que no mengua. No cambia sus convicciones. Sigue creyendo en sus convicciones no importando lo que el mundo haga al su alrededor. Es una fe que sigue amando. Sigue orando. Es una fe no solo de  las palabras sino con las obras, de una mujer demuestra y vive una vida sincera delante de Dios. Es cuando los hijos saben que su mama ora por ellos...porque han escuchado su nombre en oración. Han visto y oído la vida de oración. Es cuando los hijos son testigos de su testimonio. Ellos saben que son verdaderos cristianas no solo por lo que dicen pero como ellas viven. Ellas viven una vida que refleja el amor de Cristo. Tiene una vida de integridad delante de Dios…caminen con Dios. Es una vida que otros pueden mirar y decir: “Ella es una verdadera mujer Cristiana”. No viven un cristianismo de fría religiosidad sino una vida releja una relación verdadera con Dios.

 Es una fe no fingida. Doy gracias a Dios por las madres que tiene una fe no fingida. Son madres que pueden pasar una herencia a sus hijos que es valioso que el dinero… un amor por la verdad…un amor por el evangelio… un amor sincero por Jesucristo. Ese amor se transmite. Pablo decía Timoteo: “Tienes una fe en tu corazón que fue transmitido por tu abuela a tu madre y tu madre a ti”. Madre tu eres un instrumento en la mano de Dios. Dios te ha dado la gran oportunidad de formar a tus hijos a la imagen de Cristo. A través de tu vida ellos pueden ser grandemente usados por la gloria de Dios. Tus palabras y testimonio hoy tienen el poder para afectar a generaciones futuras. Viva una vida de fe no fingida.   

 Proverbios habla de la mujer virtuosa diciendo: “Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba: Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú sobrepasas a todas. Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada” (Proverbios 31:28-30).  Hoy nos levantamos para dar honra a la mujer que tema a Dios y le sirve con todo el corazón.

 “Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas” (Proverbios 31:10). ¿Hoy donde están las mujeres de “fe no fingida”?

domingo, 12 de mayo de 2013

Alineándose con el Propósito


Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio, del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles. (2 Timoteo 1:9-11)
Fuimos llamados por un propósito. Antes que naciste Dios ya tenía un propósito para cada uno de nuestras vidas. Somos … creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10).

Dios nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado…” (Efesios 1:4-5). “Habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria…  En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa… para alabanza de su gloria” (Efesios 1:11-14).
Fuimos creados según Dios conforme a la alabanza de Su gracia. Nuestro propósito es exaltar la gracia y la misericordia de Dios en nuestras vidas. Nuestro propósito es que nuestras pueden reflejar la obra de cruz y el poder de la resurrección de Jesucristo. Es para que este mundo pueda notar en nuestras vidas lo que Jesucristo ha hecho en nosotros. “Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9).
Jesús dijo somos la sal de la tierra y la luz del mundo. “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”  (Mateo 5:13-16).

Los verdaderos cristianos son aquellos que marcan la diferencia en este mundo. Es lo que hace la sal: da sabor. Nosotros hacemos un mundo diferente porque tenemos a Jesucristo en nuestras vidas marcamos esa diferencia. Somos la luz de este mundo. Alumbramos en la oscuridad. Pero si nuestras vidas son tienen sabor a Cristo: ¿Cómo este mundo va a saber la diferencia? Si no alumbramos. Si la luz de Jesucristo está escondido… si no estamos marcando la diferencia… si no estamos cumpliendo nuestro propósito…  en las propias palabras de Jesús que “no sirve para nada”.

¿Cuál es ese propósito?  En una sola palabra podemos resumir el propósito de Dios: Almas. Es por eso que estamos aquí, porque “Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8). Eso es el propósito de la Iglesia: las almas. “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado” (Marcos 16:15-16). “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).

La pregunta para nosotros para nosotros hoy es: ¿Estoy cumpliendo mi propósito? ¿Estoy cumpliendo el propósito por lo cual Dios me llamo, me lavo, me perdonó y me lleno con Su Espíritu Santo?

Jesús “nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos… el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio…”  Y Pablo termina diciendo: “del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles” (2 Timoteo 1:9-11). Pablo decía por causa de ese llamado…por ese propósito estoy predicando la Palabra de Dios. Fue el propósito que le conmovía, le llevaba para anunciar el evangelio de Jesucristo. Que hoy podamos alinear con el propósito de Dios para que seamos un instrumento de llevar el evangelio de Jesucristo.

Muchas veces citamos Romanos 8:28: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. Muchas veces decimos todas las cosas Dios les ayuda a bien a los que aman a Dios. Pero nos olvidamos de la última parte… “a los que conforme a su propósito son llamados”. ¿Estas respondiendo al llamado de Dios? Muchas veces estamos viviendo nuestra vida a nuestra manera y pensamos que todas las cosas nos ayudan a bien.  La realidad es que envés de tratar de hacer a Dios alinear con nuestra voluntad o lo que nosotros tenemos en nuestra agenda…necesitamos alinearnos con Su voluntad y Su propósito.

¿Está mi vida alineado con el propósito de Dios?  ¿Estoy yo viviendo mi vida según mi propia voluntad y deseos?

En la Parábola del Sembrador hay tres motivos por lo cual podemos dejar de alinearnos con el propósito de Dios para nuestras vidas:

El primero es la falta de fe. Cuando no creemos en la Palabra de Dios, Satanás se aprovecha y arrebata lo que Dios ha puesto en nuestro corazón. Hay muchas personas que pierden su mirada en el propósito de Dios porque dudan la Palabra de Dios. No creen que Dios pueda obrar en sus vidas. No creen que Dios pueda usar sus vidas. Y son robados del propósito que Dios tiene en sus vidas. Ellos llegan a creer esa voz que dice: “Tú no puedes” y se desvían del propósito de Dios.

 El segundo razón que algunos se desvían del propósito de Dios es por el desánimo. Cuando viene los problemas, las luchas y las aflicciones se desaniman. Es la semilla entre las piedras. Les parece que el camino de Dios es demasiado duro. No tienen raíces o profundidad como cristiano. Esto se refiere a la madurez cristiana. Están mirando en las cosas temporales y no en las eternas. Si te fijas en los problemas y las luchas el desánimo te puede desviar del propósito de Dios. No dejes que el desánimo te haga desviar del propósito de Dios.

Otra razón que otros desvían del propósito de Dios es porque se enredan en las preocupaciones de esta vida, ponen en primer lugar al ganar el dinero y salir adelante aquí en el mundo. El propósito de Dios llega a ser aguado en sus vidas y alejados de ellos porque llega a estar en segundo lugar y llegan a tener una vida cristiana si fruto. La Biblia dice: “Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).

Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno” (Mateo 13:23). Yo quiero cumplir el propósito de Dios en mi vida. Quiero ser fructífero. No quiero desviar del propósito que Dios tiene para mi vida.

Quiero alinear mi vida al propósito de Dios. Jesucristo hombre alineo su vida al propósito de Dios para Su vida. Él dijo: “No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre”(Juan 5:30). Jesús dijo: “No puedo hacer nada por mí mismo. Tengo que hacer la voluntad del que me envió”. Él era impulsado por el propósito de del Padre.  Jesús declaró Su propósito: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10).

No todos van a entender y comprender el propósito de Dios en tu vida. “Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” (Mateo 16:21-24). Algunos van a decirte que estás loco, otros van a decir que estás perdiendo tú tiempo, otros van a decir que eres demasiado fanático. Pero uno que es empujado por el propósito de Dios no va a ser determinado por lo que tienen su mirada en las cosas terrenales.

El autor de Hebreos dijo: “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen” (Hebreos 5:8-9). Jesucristo tuvo que someter su voluntad humana a la voluntad de Dios. El tenía que alinearse con el propósito de Dios para Su vida.

Jesús dijo a Pilato: “Mi reino no es de este mundo… Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad...” (Juan 18:36-37). Jesús dijo: tengo un reino que no es de este mundo… para este propósito he nacido, para este propósito he venido al mundo…para dar testimonio a la verdad. Toda Su vida era para cumplir el propósito de Dios para Su vida.

En la carne Jesús lucho con su voluntad humana en el Getsemaní: “diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42). El se Alineó con el propósito por lo cual Él había nacido. Hoy quiero decir a Dios: “Que no se haga mi voluntad sino la tuya”. Quiero alinearse a Su propósito.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Cuando Sion Esta de Parto

¿Quién oyó cosa semejante? ¿Quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día?   ¿Nacerá una nación de una vez?  Pues en cuanto Sion estuvo de parto,  dio a luz sus hijos. (Isa 66:8)

 Génesis 3:15 dice: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer,  y entre tu simiente y la simiente suya;  ésta te herirá en la cabeza,  y tú le herirás en el calcañar.”  Desde el huerto de Edén Satanás ha querido destruir la Iglesia del Señor Jesucristo. Dios dijo desde la caída por el pecado habrá una lucha entre Santanas y la mujer que simboliza la Iglesia del Señor Jesús. Y ya desde el libro de Génesis Dios ya nos prometió la victoria sobre Satanás diciendo que la mujer herirá al diablo en la cabeza. Jesucristo destruyó “por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte,  esto es,  al diablo” (Hebreos 2:14) en la cruz de Calvario. Y en cuando Él vuelve en Su Segunda Venida tendrá la victoria final y “aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies…” (Romanos 16:20).

 Dios dijo a la mujer: “Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces;  con dolor darás a luz los hijos...” (Génesis 3:16). Dios dijo que la mujer iba a dar a luz sus hijos con gran dolor desde la caída del hombre. El Apóstol Pablo dijo que la mujer “se salvará engendrando hijos,  si permaneciere en fe,  amor y santificación…” (1Timoteo 2:14-15).

 Hoy no te he venido a hablar de reproducción natural sino la reproducción espiritual.  Es necesario para esta Iglesia que ha sido lavado, limpiado, justificado por la sangre de Jesucristo, que obtuvo la victoria para nosotros en la cruz de Calvario se embarace con una carga por las almas perdidas. Es necesario para la Iglesia sentir los dolores de parto que viene cuando está dando a luz al avivamiento. 

Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos. Esta Iglesia va aplastar las obras del enemigo engendrado hijos espirituales que predicarán este evangelio a toda criatura.

 Él Apóstol Pablo expreso esa carga y pasión por las almas cuando dijo: “Hijitos míos,  por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto,  hasta que Cristo sea formado vosotros”. (Gálatas 4:19) Es necesario sentir los dolores de parto espirituales. Es necesario agonizar noches en oración, es necesario llorar lágrimas y sentir una carga inmensa por la salvación de las almas.

 Si hay algo que debe apoderarse de la Iglesia del Señor Jesucristo en esta hora es un deseo insaciable para cumplir el Su propósito en este mundo. Jesucristo fue a la cruz derramando Su preciosa sangre con un solo propósito y eso es las almas. Jesucristo derramo Su Espíritu sobre los ciento veinte en el día de Pentecostés para dar Su poder a Su Iglesia así poder alcanzar las almas. Si nosotros existimos como una Iglesia es para una sola razón y eso es alcanzar a las almas perdidas que van a una eternidad sin Dios.

 Hemos sido lavados en la preciosa sangre de Jesucristo, transformados por el poder de Dios no para que nos quedemos satisfechos y apáticos, sin propósito y sin fruto. No es la voluntad de Dios que estemos en el estado de la esterilidad espiritual. Nuestro clamor tiene que sea la misma desesperación que conmovió a Raquel: “Dame hijos,  o si no,  me muero” (Génesis 30:1). Una pasión por las almas perdidas necesita conmovernos e ir a nuestras rodillas en oración y a las calles en predicación. La realidad que las almas se van a una eternidad sin Dios debe sacudirnos hasta la profundidad de nuestra alma.

 Dios necesita despertar a Su Iglesia para que vea un mundo en necesidad. ¡Señor ayúdanos amar las almas con Tu las amas! Ayúdanos a no quedarnos satisfecho de estar estéril espiritualmente, con los brazos vacíos y con las vidas vacías. Ayúdanos cansarse de estar orando para nosotros mismos en el altar; de no progresar más en nuestras vidas espirituales que simplemente pedir a Dios ayudarnos con nuestros problemas, que realmente son insignificantes a lado del gran peso de la eternidad.

 Señor ayúdanos a estar cansados de cultos sin almas nuevas, sin conversiones, sin almas recibiendo el Espíritu Santo, sin almas siendo bautizados en el nombre de Jesús. Rehusó tener aceptar los altares vacíos y bautisterios vacíos, rehusó tener cultos sin el poder de Dios para cambiar al alma hambrienta. Rehusó una vida sin oración, sin una carga por las almas perdidas.  ¡Señor danos hijos!

 Mientras nosotros decimos que no estamos listos; que todavía no es tiempo el diablo no está perdiendo su tiempo y poniendo excusas. El infierno ha ensanchado su boca para recibir las almas perdidas (Isaías 5:14). Mientras algunos en la Iglesia están todavía jugando juegos y perdiendo el tiempo hay un mundo que va a una eternidad sin Dios. “Y esto,  conociendo el tiempo,  que es ya hora de levantarnos del sueño;  porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos.”  (Romanos 13:11) ¡Señor danos hijos!

 El Apóstol Pablo declaró: “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo,  sea bueno o sea malo. Conociendo,  pues,  el temor del Señor,  persuadimos a los hombres...”  (2 Corintios 5:10-11)  Pablo fue conmovido a persuadir a hombres para ser salvos porque sabía si él no predicaba este evangelio ellos iban ser perdidos. Hay un cielo y un infierno.  

 Él dijo que no habían andado con astucia ni habían adulterado la Palabra de Dios “sino por la manifestación de la verdad” habían remendado “a toda conciencia humana delante de Dios” (2 Corintios 4:2).

 Pero si nuestro evangelio está aún encubierto,  entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos,  para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo…” (2 Corintios 4:3-4). Si este evangelio no es predicado las almas se pierden y van al inferno. 

 Señor ayúdanos a tener la urgencia y convicción para persuadir a hombres y mujeres para entregarse a Dios. El diablo esta cegando el entendimiento de la los incrédulos para que no sean salvos y nosotros no podemos quedarnos dormido y dejarlo pasar debemos persuadir a hombres a ser salvo. Señor danos tu corazón por las almas “no queriendo que ninguno perezca,  sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9).

 “Pues en cuanto Sion estuvo de parto,  dio a luz sus hijos.” (Isaías 66:8) Es necesario que la Iglesia se embarace con una pasión de alcanzar un mundo perdido. Es necesario que podamos ser movidos con la urgencia de la misión. Es necesario agonizar, es necesario interceder, es necesario derramar lágrimas para un mundo que está perdido. 

 Es necesario saber que no tendremos hijos espirituales sin los dolores de parto.

 Dios quiere dar a la Iglesia un avivamiento que nunca ha visto. ¡Dios quiere darnos hijos! ¡Él quiere darnos almas! Pero este avivamiento no va a venir sin que alguien doble sus rodillas y comienza a sentir la carga para un mundo perdido. No va a venir el avivamiento; la gloria de Dios no se va a manifestarse sin un pueblo que se ponga en la brecha. ¡Iglesia es tiempo para orar! No pretendamos que las cosas cambiarán si no estamos dispuestos a orar.

 No podemos esperar tener hijos espirituales sin un compromiso para orar.  Dios está llamándonos a comprometerse a entregarse a Él en oración. Dios clamó: “Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí,  a favor de la tierra,  para que yo no la destruyese;  y no lo hallé.”  (Ezequiel 22:30)

 Es por medio de la oración que tenemos acceso a la bendición celestial. Es por medio la oración que la crucificamos de nuestra carne poniéndonos en la posición que Dios puede usar nuestras vidas. Es por medio de la agonía de la intercesión que las almas van a ser liberadas. Es por el clamor de nuestra oración que almas serán salvadas siendo arrebatados de la garras del diablo y del infierno.

 No piensas que la obra será hecha si somos apáticos.  El avivamiento vendrá cuando doblemos rodillas y comenzamos a clamar a Dios. Cuando Sion hasta de parto dará a luz sus hijos. Cuando este pueblo comienza a clamar y agonizar por las almas perdidas el avivamiento vendrá.

 Señor engendra en nosotros una carga por las almas perdidas. Cuando Sion hasta de parto dará a luz sus hijos. Señor, haz crecer esta carga por las almas que nos hace doblar rodillas hasta que Él fuego del Espíritu Santo nos consuma y no podemos hacer otra cosa que predicar con la unción de Espíritu Santo.

 En el libro de los Hechos la Biblia dice cuando la Iglesia hubieron “el lugar en que estaban congregados tembló;  y todos fueron llenos del Espíritu Santo,  y hablaban con denuedo la palabra de Dios…Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús,  y abundante gracia era sobre todos ellos.”  (Hechos 4:31-33)

 Es la oración ferviente de los santos y una clamar santo por las almas pérdidas que encienda el fuego del Espíritu Santo para predicar con la unción del Espíritu Santo. Necesitamos hacer temblar este lugar con el clamor de intercesión hasta que el poder de Dios se manifiesta en medio nuestro hasta  que la Palabra de Dios sea como un fuego ardiente metido en nuestros huesos y no podemos callar y que nos impulsa a predicar Su Palabra con gran poder (Jeremías 20:9). Cuando Sion hasta de parto dará a luz sus hijos.

 “Regocíjate,  oh estéril,  la que no daba a luz;  levanta canción y da voces de júbilo,  la que nunca estuvo de parto;  porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada,  ha dicho Jehová.  Ensancha el sitio de tu tienda,  y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas;  no seas escasa;  alarga tus cuerdas,  y refuerza tus estacas.  Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda;  y tu descendencia heredará naciones,  y habitará las ciudades asoladas.  No temas,  pues no serás confundida;  y no te avergüences,  porque no serás afrentada,  sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud,  y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre;  y tu Redentor,  el Santo de Israel;  Dios de toda la tierra será llamado.” (Isaías 54:1-5)

¡Prepárate Iglesia! Prepárate para tener hijos espirituales. Tú que estabas estéril darás a luz. Engranda tu tienda que sean extendida el lugar de tu habitación porque viene hijos. Esta Iglesia no va ser una Iglesia vacía, esta Iglesia no sea no tendrá más la memoria de vivir sin hijos espirituales. Cuando Sion hasta de parto dará a luz sus hijos.

 Jesucristo dijo: “De cierto,  de cierto os digo,  que vosotros lloraréis y lamentaréis,  y el mundo se alegrará;  pero aunque vosotros estéis tristes,  vuestra tristeza se convertirá en gozo.  La mujer cuando da a luz,  tiene dolor,  porque ha llegado su hora;  pero después que ha dado a luz un niño,  ya no se acuerda de la angustia,  por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo. (Juan 16:20-21)

 La Iglesia tiene que sufrir los dolores de parto. La Iglesia tiene que agonizar. La Iglesia tiene que gemir en intercesión por las alamas perdidas. La Iglesia tiene que trabajar y tiene laborar para dar a luz hijos. Tenemos que trabajar predicando, enseñando y predicando la Palabra de Dios ganando almas para él Señor. El avivamiento viene pero viene cuando la Iglesia está lista a pagar el precio sobre sus rodillas en oración y en todo lugar predicando el evangelio. Pero cuando viene el avivamiento no va a importar más la angustia.

 “También vosotros ahora tenéis tristeza;  pero os volveré a ver,  y se gozará vuestro corazón,  y nadie os quitará vuestro gozo.  En aquel día no me preguntaréis nada.  De cierto,  de cierto os digo,  que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre,  os lo dará.”  (Juan 16:22-23)

 Hay muchos que quieren el poder Pentecostés pero no quieren para el costo de oración y ruego que requiere. El avivamiento va costar horas en oración, va venir con una carga, con un clamor para la salvación de las almas. Va a venir a través de una pasión de predicar la Palabra Dios a un mundo perdido. Pero nuestra tristeza se convertía en gozo y veremos la gloria de Dios: La salvación de las almas y los milagros y sanidades.  Cuando nosotros ocupamos del negocio de Dios Él se ocupa de nuestro negocio.

 El Salmista dijo: “Los que sembraron con lágrimas,  con regocijo segarán.  Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo,  trayendo sus gavillas.”  (Salmos 126:5-6)

 Vamos a ver la gloria de Dios sembrando con lágrimas llevando la preciosa semilla del evangelio. Cuando Sion hasta de parto dará a luz sus hijos.

domingo, 5 de mayo de 2013

Las Prioridades son Esenciales para Avanzar


Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. (Josué 1:7-9)

La mayoría de las veces que meditamos sobre este pasaje nos enfocamos en el mensaje de esforzarse y ser valiente, el cual es muy importante, pero a la vez hay un mensaje paralelo de “cuidar de hacer conforme a toda la ley y no  apartarse de ella ni a diestra ni a siniestra… de nunca apartar de nuestra boca el libro de la ley sino de meditar de día y de noche para guardar y hacer conforme a todo lo que está escrito”. Dios le dijo a Josué que si el hacía esto que Él iba a prosperar su camino y que todo le saldría bien. Lo que Dios le estaba diciendo a Josué es que si quieres tener éxito esto es lo que es importante que hagas: guardar y poner por obra mi Palabra. Dios le marco las prioridades para que él tenía mantener para obtener el éxito.

Si nosotros vamos a avanzar tenemos que tener prioridades en nuestras vidas. Muchas veces uno desvía de su propósito y quita su ojo de lo que realmente es importante porque no son establecidos prioridades correctamente. A veces podemos esforzarnos haciendo cosas que realmente no son importantes. Otras veces nos enfocamos en cosas que son importantes pero no son lo más importante. No tenemos que estar satisfecho con solo estar ocupado haciendo algo pero tenemos que pensar si somos efectivos. Tenemos que primeramente establecer prioridades. Luego tenemos que examinar nuestra vida para ver si estamos trabajando de acuerdo a nuestras prioridades. Mientras estamos trabajando y viviendo la vida tenemos que evaluar nuestro andar y accionar para ver si estamos siguiendo nuestras prioridades y ajustarnos para alinearnos nuevamente. 

 ¿Cómo puede definir cuáles son mis prioridades[i]?   

 
      1)        ¿Que se requiere de mí?

¿Qué es lo que yo tengo que hacer que otro no puede hacer por mi? ¿Cuáles son mis responsabilidades? Hay cosas que podamos delegar a otros y que debemos delegar a otros, sino embargo hay cosas que solo nosotros podemos hacer. Eso debe ser nuestras prioridades.

2)       ¿Qué produce mayor retornos?

¿Qué va a producir más resultados? ¿Tenemos que examinarnos y ver cuáles son nuestras habilidades naturales, cuales dones Dios nos ha dado? Hay algunos que se esfuercen hacer cosas que ellos no hacen bien y que no son sus fuertes. Es mejor emplear nuestro tiempo haciendo las cosas que nos hará más productivos. No solo porque es una cosa que se tiene que hacer significa que uno mismo puede hacerlo. Si hay personas más capaces o con más disponibilidad de tiempo hay que dejar que otros lo hagan.

3)       ¿Qué produce la recompensa más grande?

¿Cuáles son las cosas que te dan mayor satisfacción? ¿Cuáles son las cosas que te apasiona? ¿Qué son las que cosas que van ser más beneficioso para tu persona?  Cuando evaluamos las cosas que son más importantes en la vida es allí recién que podemos direccionarnos para poder llegar a nuestro objetivo. Sin las prioridades eso es imposible. Hay que cambiar las cosas que realmente no son importantes y que no están resultando en nuestra vida, trabajo y ministerio. Hay que recordar que sobre todas las cosas que Dios debe ser lo primero en nuestra vida. “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33). Nuestras prioridades tienen que estar correctamente alineadas para avanzar.



[i] Los siguientes puntos fueron sacaron del libro: Las 21 leyes irrefutables del liderazgo, John Maxwell, pg. 258-260, 2007, Grupo Nelson