domingo, 31 de marzo de 2013

Es un Nuevo Día


Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. (Lamentaciones 3:22-23)

Hoy es un nuevo día. Hoy hay una nueva oportunidad. Las misericordias de Dios son nuevas cada mañana. Capaz alguien hay venido hoy cargando luchas y pruebas muy grandes en tu vida. Posiblemente hay personas que están sobrellevando cosas que han hecho en el pasado. Otras están luchando con cosas que otros le han hecho, circunstancias injustas que han pasado. Algunos su consciencia le acusa. Algunos luchando con inseguridad, amargura, dolor o enojo. Posiblemente has venido en una nube de confusión. Otros tienen tristeza en su alma. Otros han venido fatigados, cansados de luchar. Pero he venido para decirte hay que hay una luz de esperanza que brilla en tu oscuridad. Todo no ha terminado. Es un nuevo día. La luz de la mañana está brillando sobre tu vida.   
Dios te dice hoy: “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad” (Isaías 43:18-19). Dios está para hacer algo nuevo en tu vida.

Algunos se atrapan en la rutina de la misma vida de miseria. La misma vida de tristeza. La misma vida llevando las mismas cargas. Algunos no salen de ciclo del mismo pecado. La misma amargura. La misma mala actitud. Otro día sin un cambio. Otro día sin felicidad. Otro día sin libertad. Otro día sin gozo. Pero hoy todo eso puede cambiar.

“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). Es la voluntad de Dios que tengas un nuevo día. Es la voluntad de Dios que tengas vida en abundancia.  

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17). Cuando estamos en Cristo somos una nueva criatura. No somos la misma persona. Cuando Dios nos llena con el Espíritu Santo hay un cambio que sucede en nuestro ser. Tú no vas a ser la misma persona. Las cosas viejas pasaron…todas son hechas nuevas.

“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Efesios 4:22-24). Es tiempo para despojar de lo viejo. Tú no tienes que ser la persona que fuiste ayer. Hoy puede marcar un nuevo día. Es tiempo para cambiar tu manera de pensar. Es tiempo para un nuevo día. Ayer ya paso. La noche oscura está pasando. El nuevo día está aquí. Es tiempo para tomar la decisión. Yo no voy a ser igual. Me voy a vestir de un nuevo yo.   

El Salmista clamó: “Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová” (Salmos 40:1-3). Dios hoy te puede sacar el poso de la desesperación y ponerte sobre la roca. Él quiere poner un cantico nuevo en tu boca. Alguien ha venido hoy siempre cantando la misma historia por hoy es un nuevo día.

Ezequiel profetizó: “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra” (Ezequiel 36:25-27) Dios hoy va a hacer algo nuevo. Te va a dar un nuevo corazón. Va a poner en ti un nuevo espíritu. Las cosas no van a ser iguales. Jesucristo te va a dar una mente nueva. Es tiempo para el cambio. Es tiempo para tomar la decisión. Es tiempo de arrepentirte de tu pecado y dejar que la sangre de Jesucristo te lave. Es tiempo para abrir tu corazón y recibir Su Espíritu. Es un nuevo día.  Es tiempo para despojar de actitudes negativas. Es tiempo de despojar de la amargura. Es tiempo para entregar el dolor. Es tiempo para recibir libertad. Es un nuevo día.  

Era un día triste que se fueron las mujeres para ungir el cuerpo de Señor. El momento que los discípulos estaban desorientados y sin dirección. Para ellos todo se había terminado. Su esperanza y su fe solo había quedado como un recuerdo amargo… pero al amanecer encontraron la tumba vacía.

No importa cómo has venido hoy. No importa la lucha que estas enfrentado. No importa lo que ha pasado en el pasado. No importa el pecado que hayas cometido. Lo que Jesús prometió Él cumplió. Él no se quedó en la tumba. Él resucitó.   

“Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro; y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto” (Juan 20:11-13).

“Mujer, ¿porque estas llorando?”. Quizás has venido con dolor y confusión en tu corazón. Pero hoy es un nuevo día. Las promesas de Dios se cumplen. Vas a salir de esto.  

“Cuando había dicho esto, se volvió, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús. Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré. Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro)” (Juan 20:1-16).
Jesús hoy está llamando tu nombre. El día de resurrección ha llegado. Hay nueva esperanza. La tumba está vacía y Él vive. No ha terminado todavía. Hay una luz que está brillando en tu oscuridad. Es tiempo para recibir el nuevo día.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario