Todas estas cosas, dijo David, me fueron
trazadas por la mano de Jehová, que me hizo entender todas las obras del
diseño. Dijo además David a Salomón su hijo: Anímate y esfuérzate, y manos a la
obra; no temas, ni desmayes, porque Jehová Dios, mi Dios, estará contigo; él no
te dejará ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de
la casa de Jehová. (1 Crónicas 28:19-20)
Muchos se preguntan porque ellos no pueden avanzar o
alcanzar algo significativo en la vida o en el ministerio. Muchos están frustrados,
muchos abandonan sus esfuerzos sin continuar. La realidad es que muchos tienen
deseos y sueños pero no muchos se han tomado el tiempo para pensar cómo va a
llegar a cumplir lo que han pensado. Tenemos que saber que ninguno llega a un
lugar sin una ruta que seguir. No logramos el éxito por accidente. Si vamos a
llegar a destino tenemos que planificar como vamos a llegar. Es la planificación
que nos guía al éxito.
Dios es un Dios de orden. Dios tiene un plan. Al crear
al mundo Dios ya tenía un plan, inclusive Él ya vio lo que podía pasar, ya tenía
previsto la caída del hombre. Dios pensó en los detalles. No somos creados por
accidente o por circunstancia. Cuando Dios llamó a Noé y le dijo que Él iba a destruir el mundo, Él tenía
un plan: el arca. Cuando Dios dio las instrucciones a Moisés para preparar el tabernáculo
Él proveyó un modelo que seguir. Dios dio a David el diseño del templo que él
en cambio entregó a Salomón para construir el templo. Si Dios es un Dios que ha
planificado sus propósitos y objetivos, ¿cómo pensamos nosotros alcanzar
nuestros objetivos sin un plan? Si van lograr el objetivo, tener crecimiento, éxito
tenemos que saber lo que queremos lograr y cómo vamos a lograrlo.
En 1911 dos
grupos de exploradores intentaron lograr ser los primeros en llegar al Polo Sur.
Uno de los grupos fue dirigido por el explorador noruego llamado Roald Amundsen.
El otro grupo fue dirigido por Robert Falcon Scott, un oficial de la marina británica.
El primer grupo llego a su destino un mes antes del segundo grupo y lo más
triste es que el todos los hombres en el segundo grupo murieron antes de poder
regresar. ¿Cuál era la diferencia entre los dos grupos? La planificación. El
primer explorador, Amundsen como mucho detalle planificó el viaje: las
provisiones, la ropa, el modo de transportar las provisiones, la estrategia de
trabajo y otros detalles. También eligió a expertos esquiadores y entrenadores de perros para
acompañarle. Esa planificación le llevó a él y su equipo al éxito. En cambio,
Scott hizo contrario. No llevó suficientes provisiones, uso trineos motorizados
y caballos en vez de trineos llevados por perros. Los trineos dejaron de
funcionar después de cinco días, los caballos murieron y los hombres tuvieron
que estirar los trineos a pie. Todo les fue mal. Scott no planifico lo
suficiente para llegar tener una expedición exitosa y eso le costó a él y su
equipo la vida.
Si queremos
llegar a destino tenemos que tener un plan. Tenemos que considerar lo que
tenemos por delante. Si vamos a lograr nuestros objetivos tenemos que pensar
antes de actuar. Muchas veces actuamos antes de pensar y eso nos lleva a
cometer muchos errores. Tenemos que pensar en los detalles. Tenemos que hacer
las preguntas importantes: ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Quiénes? Al considerar lo que
tenemos delante podemos hacer un plan que nos llevara al éxito.
Aquí hay
algunos puntos que nos ayudará en la planificación de nuestras vidas y meta[i]s:
1)
Tenemos
que aprender de la experiencia pasada
Tenemos que
examinar nuestras experiencias. Si algo no está funcionando tenemos que saber
porque y cambiarlo. En veces de siempre cometerlos mismos errores, debemos
aprender de ellos y planificar para el éxito.
2)
Tenemos
que examinar las condiciones antes de tomar compromisos
Muchas veces
personas toman decisiones impulsivas sin pensar en los resultados. Otros toman
grandes compromisos pero no han pensado como ellos van cumplirlas. Tenemos que
examinar lo que tenemos adelante y luego hacer un buen plan que nos llevará al Éxito.
3)
Tenemos
que escuchar a los demás
Hay personas
que fracasan porque no escuchen a nadie. Están determinado hacer lo que ellos
piensan hacer. Tenemos que pensar bien si nuestros líderes no están de acuerde
con lo que queremos hacer. Escuche a tu familia y a las personas que te rodean.
4)
Tenemos
que comparar las exceptivas con los hechos
Tenemos que ser
realistas con el momento y lugar que estamos. No podemos pretender que no vamos
a tener obstáculos. Cuando miramos con detalle a nuestro plan y pensamos en los
detalles e inclusive las dificultades que puedan venir, estamos formando un
buen plan para tener éxito. Lo que paso con Scott es que aunque él tenía un
destino final, él no tenía un plan realista para cumplirla. Cuando vemos la
realidad y nos preparamos estamos en la dirección correcta para alcanzar el éxito.
Preguntas para
pensar:
1) ¿Tengo planes para llegar al éxito en mi
vida?
2) ¿Examino las condiciones antes de tomar
compromisos?
3) ¿Son realistas mis expectativas?
[i]
Los siguientes puntos fueron sacados del libro: Las 21 leyes irrefutables del liderazgo, pg. 53- 64, John Maxwell, Grupo Nelson, 2007.
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