miércoles, 16 de enero de 2013

El Crecimiento es un Proceso

Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.  (Marcos 4:26-29)

Muchas veces miramos a un líder o una persona que tenemos admiración y pensamos como nosotros quisiéramos estar donde esta esa persona. Quisiéramos tener las mismas cualidades y oportunidades para poder marcar una diferencia. Pensamos: “Como yo quiero hacer lo que él o ella hace”. Muchos tienen en su mente que personas así han surgido de un día para el otro. Algunos piensan que sería algo fácil ser la persona que está al frente. Pero la realidad es que es un proceso. Toda persona que está haciendo algo significativo y han logrado vencer en su vida es porque han pasado por un proceso para llegar allí.  

Vemos que Jesús comparo el reino de Dios con un hombre que echa semilla en la tierra. La semilla pasa un proceso de crecimiento para poder brotar y dar una cosecha. El crecimiento no es un evento de que pasa y que de repente ya hemos crecido. El crecimiento es el proceso de lo que estamos haciendo todos los días para poder logarlo. Ninguno crece por accidente, ni por suerte. Uno crece porque ha pasado un proceso que lleva años, esfuerzo y trabajo para mejorar y desarrollar nuestras vidas, vidas espirituales y liderazgo. Los eventos son lindos. Nos motivan, nos inspiran, nos animan pero es el proceso que produce los cambios, donde ocurre el aprendizaje, donde se aprende de los errores y donde uno mejora día a día.

Así como la siembra requiere del sol y del agua, nuestro crecimiento es determinado en cuanto invertimos en nuestro crecimiento, aprendizaje, y mejoramiento de nuestra vida. Muchas veces las dificultades y la adversidad son parte de nuestro proceso de crecimiento, y son los momentos que aprendemos las lecciones más importantes en la vida. Todos queremos los resultados sin embargo no queremos el proceso. Y es por esos motivos que muchos se estancan en un nivel sin progresar. Todas las personas que han logrado un crecimiento significativo en sus vidas te dirán que han pasado un proceso largo para poder alcanzar lo que han alcanzado. Si uno quiere lograr sus metas, ser un gran líder, o marcar la diferencia, necesita esforzarse de enfocar en tener la autodisciplina, la determinación y la paciencia para desarrollar en la persona que deseamos ser. Tenemos que regar la semilla, que es el potencial que tenemos adentro para llegar a ser lo que Dios desea que seamos.

Es el proceso de día a día, el crecimiento diario que te lleva al resultado. Hay un antiguo refrán que dice: “Los campeones no se convierten en campeones en el cuadrilátero, simplemente se les reconoce allí”. El antiguo campeón de peso pesado Joe Frazier dijo: “Puedes trazar el plan de una pelea o el plan de una vida, pero cuando comienza la acción, usted depende de sus reflejos. Allí es donde se demuestra el trabajo que ha hecho durante cada día. Si hizo trampas en la oscuridad de la madrugada, la gente se va a dar cuenta ahora bajo las luces brillantes”.  El apóstol Pablo mismo lo dijo de esta manera: “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” (1 Corintios 9:24-27). Si queremos ganar tener que estar dispuesto a pagar el precio todos los días.

¿Cómo podemos comenzar el proceso de crecimiento en nuestras vidas?

1)      Tenemos que estar dispuestos a aprender

Tenemos que primero reconocer nuestra necesidad de aprender. Tenemos que reconocer que no sabemos todo y necesitamos la ayuda y sabiduría de personas que tienen más experiencia que nosotros. El error de la inexperiencia es pensar que nosotros ya sabemos todo y tenemos todas las respuestas. La experiencia te va a enseñar que la realidad no es así. Cuando tenemos un deseo de aprender y un espíritu enseñable hemos hecho un paso importante para desarrollar nuestras vidas.

2)      Tenemos que estar dispuestos a mejorar día a día.

La realidad que no es llamativo enfocar en ser lo mejor que podemos día a día. Es trabajo y a veces no tiene reconocimiento, y toma disciplina. Sin embargo eso es lo que más hace una diferencia positiva en nuestra vida. Tenemos que examinar nuestras vidas y ver en que debemos mejorar y hacer las pequeñas cosas que van a sumar para hacer algo grande.

3)      Tenemos que estar dispuestos a luchar

 El crecimiento va a tomar perseverancia. Va a tomar paciencia. Vamos a enfrentar dificultades en el camino y habrá motivos para desanimarnos. Lo que tenemos que hacer es mirar hacia adelante y seguir luchando. Hay que aprender a levantarse otra vez. Esto es parte del proceso. Es parte del crecimiento. A través del proceso vamos a poder mirar atrás nuestras vidas y ver que hemos crecido. Nunca pares de luchar.

 Preguntas para pensar:

1)      ¿Estás dispuesto a aprender?
2)      ¿Estoy esforzándome para mejorar día a día?
3)      ¿Cómo reacciono en medio de una lucha?

 

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