El amor que este mundo conoce es
muy diferente al amor que viene de Dios. La mayoría de las personas identifican
el amor con un sentimiento bello que uno siente hacia una persona. Otros en el sentido
romántico piensan que es la atracción hacia el sexo opuesto. Encontramos el
verdadero significado del amor en la Palabra de Dios. Dios por definición es
amor y todo amor verdadero proviene de Él. El amor verdadero es mucho más profundo
de la que las personas piensan porque contiene una gama completa de facetas. El
amor no es solamente una emoción o sentimiento, a la vez es un compromiso, es
una responsabilidad y un estilo de vida.
Según el Diccionario del Nuevo
Testamento Vine: “El amor cristiano, sea que se ejercite hacia los hermanos, o
hacia hombres en general, no es un impulso que provenga de los sentimientos, no
siempre concuerda con la general inclinación de los sentimientos, ni se derrama
solo sobre aquellos con los que se descubre una cierta afinidad. El amor busca
el bien de todos… y no busca el mal de nadie… el amor busca la oportunidad de
hacer el bien… Agape
(nombre) y agapao (verbo) se usan en el Nuevo Testamento: para describir
la actitud de Dios hacia su Hijo, hacia la raza humana, en general… y hacia
aquellos que creen en el Señor Jesucristo, en particular; para expresar su
voluntad a sus hijos con respecto a la actitud que tienen que mostrarse
mutuamente, y hacia todos los hombre; para expresar la naturaleza esencial de
Dios.”
La palabra agape es la expresión del amor divino.
En sí, en nuestra humanidad, muchas veces no logramos amar como Dios nos ama. Sin
embargo, eso siempre debe ser nuestra meta y debemos esforzarnos a amar con el
amor de Dios siendo un reflejo de una vida cambiada por el poder de Dios. La máxima
expresión del amor fue dado por Jesús muriendo por nosotros en la Jesús. El
amor verdadero expresado en la Biblia es un amor sacrificial. Esto es el amor donde
uno da su vida por el otro.
Pablo dijo que este es el amor
que el esposo debe tener para su esposa: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se
entregó a sí mismo por ella” (Efesios 5:25).
“Así también los maridos deben amar a sus
mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la
cuida, como también Cristo a la iglesia” (Efesios 5:28-29).
Vemos aquí la aplicación del amor a nuestras
vidas:
·
El
amor entrega a sí mismo
·
El
amor cuida
·
El
amor sustentante
Eso sugiere que el amor no es un amor egoísta.
No se trata simplemente lo que yo quiero, lo que yo deseo. Pablo apoya esto
diciendo: “Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor,
unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria;
antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él
mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de
los otros” (Filipenses 2:2-4). La esencia del amor verdadero es la humildad, es
el servicio al uno al otro, es añadir valor a la vida de los demás.
Por eso Jesús dijo: “Un mandamiento nuevo os doy:
Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a
otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los
unos con los otros” (Juan
13:34-35) Esta clase de amor requiere una responsabilidad. Decidimos amar. Es
mucho más que un sentimiento. Es el fruto del Espíritu en nuestra vida.
Cuando uno tiene el concepto que el amor es
solo un es un sentimiento puede “perder el amor” porque los sentimientos han
sido afectados por circunstancias, expectativas no realizadas, errores
cometidos, falta de respeto y otros motivos. Cuando sabemos que el amor viene de
Dios, que es parte de nosotros porque somos hijos de Dios, estamos comprometidos
con demostrar el amor.
1)
El
amor debe ser demostrado
Hay muchos que sufren por la falta de amor en
sus hogares y sus matrimonios. Como el amor a más que un sentimiento tiene que
ser demostrado no porque lo sentimos. Algunos demuestran cariño solo cuando
esperan recibir algo en cambio. Eso es el egoísmo. El amor es algo debemos
demostrar en todo tiempo en la familia, el matrimonio y a los demás. Tenemos
que demostrar con nuestros hechos y espesar nuestro amor con nuestras palabras.
Muchos sufren simplemente por la falta de alguien quien que demuestre el amor
verdadero.
2)
El
amor debe ser vivido
El amor debe ser vivido todos los días. Tenemos
que tener hábitos que demuestran el amor de Dios hacia los demás. Debe ser un hábito
expresar que amamos a nuestra familia. Debemos vivir el amor de Dios expresando
amor hacia los demás con nuestras palabras y hechos. Cuando realmente tenemos
el amor de Dios en nuestra vida la demostración del amor llega a ser parte de
nuestro diario vivir.
3)
El
amor toma responsabilidad
Cuando amamos nos preocupamos, cuidamos, y sentimos
la responsabilidad del bien estar de las personas quienes amamos. Hay personas
que actúan totalmente irresponsablemente pero dicen que aman. Eso no es la
realidad. Uno que ama siente la responsabilidad que demanda el amor.
Todos
debemos desear buscar el amor descrito en 1 Corintios 13: “Y si tuviese
profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la
fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si
repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi
cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. El amor es sufrido,
es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se
envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda
rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre,
todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13:2-7)
Que Dios nos ayuda a vestirnos cada día de Su
amor, que es el verdadero vínculo nuestras relaciones.
Preguntas para pensar:
1)
¿Cuál
es mi concepto del amor?
2)
¿Tengo
un concepto egoísta del amor?
3)
¿Cuál
es mi actitud hacia mi familia? ¿Cónyuge? ¿Los demás?
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